De Pastor a Anfitrión
¨Me preparas un
banquete en presencia de mis enemigos. Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones¨. Sal 23:5
Los salmos se estudian de forma muy particular, su
estilo literario es la poesía y no como la que conocemos en nuestros días, sino
que es una poesía hebrea, gran parte del lenguaje es a propósito emotivo, metafórico
y está lleno de diferentes tipos de paralelismo. Los salmos pueden ser clasificados
en lamentos, acción de gracias, himnos de alabanza, historia de la salvación,
celebraciones y afirmaciones, sabiduría y confianza. Algunos son muy personales
(los lamentos) y otros llenos de simbolismos como este salmo.
El salmo 23, es un himno y está impregnado de metáfora.
Es muy interesante ver como David, con la gracia del Espíritu Santo, convierte
el Pastor en un Anfitrión sin perder el sentido literario. Ahora la naturaleza de Dios es como aquel que atiende a sus invitados
especiales. En la costumbre oriental, no todo el mundo era invitado a la
mesa, debía ser un amigo, alguien de confianza. Los extranjeros gozaban el
privilegio de poder ser huésped de una casa, en ese entonces el principio de la
hospitalidad era muy importante, pero no quiere decir que iba a participar de
un espléndido banquete. Ahora bien, el banquete se preparaba para ocasiones
relevantes, podía ser por una boda, una celebración o cuando un huésped era especial.
David a través de estas líneas nos dice algo tan
poderoso, Dios como el anfitrión de nuestra vida va a preparar un suculento
banquete en presencia de los enemigos (angustiadores, burladores, adversarios,
etc), no importando quienes sean. Dios está
afirmando que si eres oveja de Su prado, eres huésped especial, El mismo se va
a encargar de sentarte a Su mesa y prepárate la mejor comida. Este banquete
va a tener de todo. ¡Imagínate es pagado por el Rey de Reyes!, pero algo
seguro tendrá y es pan (no olvidemos el contexto cultural). Las reglas de
partir el pan en la mesa, habla de un
pacto entre el anfitrión y el invitado (huésped), también habla de comunión, reconciliación,
renovación, etc.
¨Jesús les dijo: Yo soy
el pan de vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; quien cree en mí, nunca
tendrá sed¨ Jn 6:35 PDT
¨Me unges
mi cabeza con aceite¨, el aceite era de oliva y podía estar mezclado con
especies, era señal de gran hospitalidad, así se recibía a los huéspedes. Cuando
entramos a la habitación de un hotel, vamos a encontrar una bata, jabones y
diversos regalos, esto es señal de recibimiento. Dios también nos recibe de igual
manera y mejor. Podemos hablar mucho sobre unción, pero que hermoso es saber que es Dios mismo que lo hace, pone una marca
sobre nosotros, en 2 corintios 1:21 se nos dice ¨Y Dios es el que nos confirma con ustedes en Cristo y el que nos ungió¨.
¨Mi copa se
desborda de bendiciones¨ Cuando hablamos de rebosar entendemos por
“llenar más de lo normal un recipiente hasta sobrepasar el borde”. ¡Te imaginas
así tu vida! Él quiere rebosar tu copa,
Él quiere darte más de lo normal, Sus bendiciones sobrepasan el límite, Él
quiere darte todas las cosas en abundancia. Pero quien te sienta a la mesa,
te prepara banquete, quien unge tu cabeza y llena tu copa es Dios, necesitas al
Pastor de tu vida, pero también que Él sea el anfitrión de tu vida.
¨Tu, Señor, eres mi copa y mi herencia; tu
eres quien me sostiene¨. Sal 16:5 NTV
Dios le
bendiga.
AK
Referencias:
Los salmos. Libro: Lectura eficaz de la Biblia. Gordon Fee y Douglas
Stuart.
Agasajar un huésped y
banquetes. Libro: Uso y costumbre de las tierras bíblicas. Fred H. Wight
Excelente, una apreciación muy detalla de este evento y la participación de anfitrión del Señor. Muy edificada.
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