Preparado para toda buena obra

Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra“. 2 Timoteo 2:20-21

 

Muchas veces como seguidores de Jesús nos encontramos en una contradicción entre el temor santo a nuestro Padre y la libertad que nos da El de ser libres del pecado a través del sacrificio de Jesús; este choque entre la gracia y la ley será una constante en nuestra vida como discípulos de Cristo.

 

Hemos de entender, primeramente, que la gracia nos fue entregada como un regalo a través del sacrificio de nuestro Amado Jesús, quien pagó con sangre nuestros pecados y nos justificó ante nuestro Padre, con la finalidad de poder acceder a su hermosa presencia y al poder de su Espíritu Santo. Esto significa que Jesús rompió el poder que el pecado tenía sobre el ser humano, ya que anterior al nuevo pacto, la utilidad de la ley era mostrar el pecado (Gálatas 3:19) y orientar el camino a la santidad que permitió a algunos cuantos (Éxodo 25:22) entrar a la presencia de nuestro Padre.

 

Sin embargo, obedecer la ley al pie de la letra para vivir una vida santa, es evidentemente una labor casi imposible (Romanos 3:23) para cualquier ser humano, estoy seguro que de hoy desde que te levantaste hasta ahora por lo menos has pecado una vez -quien diga que no, seguramente está pecando al asegurar su ausencia de pecado (1 Corintios 10:12)-, entonces…. ¿Para qué sirve la gracia?

 

Y es cuando entendemos la importancia del Espíritu Santo que nos da la fuerza para poder vencer al pecado a través de la comunión con nuestro Padre, pero esta fuerza, no se obtiene por obras, se obtiene por gracia. Sin embargo… Las obras son un resultado de la salvación, encontramos así los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22), que resultan de un corazón agradecido y que reconoce el gran regalo recibido.

 

Es así como las obras son necesarias para traer el Reino de los cielos a la tierra, ya que todos los que hemos sido llamados Hijos de Dios, tenemos la responsabilidad de perfeccionarnos todos los días para buscar parecernos más al varón perfecto (Efesios 4:13) -nuestro amado Jesús- y ayudar a otros a encontrar el camino de la salvación.

 

Y es así que los siguientes versículos cobran una especial importancia:

La Gran Comisión

'Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».'(Mateo 28:19-20)

 

Dando es como recibimos

'Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir” ».'(Hechos 20:35)

 

Debemos de actuar en nuestra fe

'Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? Así como el cuerpo sin aliento está muerto, así también la fe sin buenas acciones está muerta.'(Santiago 2:14,26)

 

Nuestros actos siguen teniendo repercusiones en la Eternidad

'Entonces, si no hacen caso al más insignificante mandamiento y les enseñan a los demás a hacer lo mismo, serán llamados los más insignificantes en el reino del cielo; pero el que obedece las leyes de Dios y las enseña será llamado grande en el reino del cielo.' (Mateo 5:19)

 

Las obras son muy necesarias. Pues no podemos quedarnos con este regalo inmerecido que tenemos…. Sería demasiado egoístaSería como si en una comunidad sin agua le fuera dada una fuente inagotable de agua a una persona, y ésta, decidiese no compartirla con aquel que muere de sedSimplemente sería imperdonable.


Se agrega a esto el versículo (Hechos 20:35), que establece que cuando damos recibimos, y es en medio de esta pandemia que podemos practicar este versículo, sería normal sentirse tristes o solos en medio de esta situación y si es tu caso… recuerda que no eres el único que se siente así, trata de bendecir a alguien, trata de amar antes de ser amado, de consolar antes de ser consolado y estoy seguro… que encontrarás paz en medio de la tormenta (Mateo 8:24).

 

Finalmente, hoy te dejo con la pregunta: ¿Qué estás haciendo con la Salvación que Dios te entregó? Si la respuesta no te gusta, todavía es muy buen momento de cambiar el rumbo, recuerda que somos llamados a ser Luz al Mundo (Mateo 5:14),  está en ti decidir si eres un utensilio de oro o un utensilio de madera.

 

Dios les bendiga

Ricardo Rivas


 

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