Las obras de la fe
“Así también la fe por sí misma, si no tiene obras,
está muerta. Pero alguien
dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te
mostraré mi fe por mis obras``. Stg
2:17-18
Por mucho tiempo
la iglesia de Cristo ha estado confundida con respecto al tema de la Fe y
las Obras, tal como dice Santiago, "La Fe sin Obras está muerta"
y en Romanos 3:28 nos dice ``El hombre es justificado por las Fe sin las
obras``. Al parecer las enseñanzas de los apóstoles se contradicen y surge
la inevitable pregunta ¿Si estoy salvo por Fe y no por obras, porque la
misma palabra nos dice que la Fe sin obra está muerta?
¿Soy salvo por
Fe y no por obras...?
Lo primero es
que en la palabra de Dios no existe contradicción alguna, la teología de la salvación en
Efesios 2:8 dice ``Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no
procede de ustedes, sino que es don
de Dios``.
Llegamos a ser
salvos mediante un don inmerecido de Dios, no como resultado de algún esfuerzo
humano, obra de caridad o elección sabia y servicio a favor de los demás. No
existe nada bueno que podamos hacer que haga que Dios nos ame más, pero tampoco
existe nada terriblemente malo que podamos hacer que haga que Él nos ame menos.
No es mérito nuestro el hecho de que seamos salvos.
Hemos sido
justificados gratuitamente por Su gracia (Rom 3:24) ósea hemos sido declarados
no culpables de todo delito, por lo que toda jactancia de obras en cuanto a
salvación queda excluida: ``Concluimos, pues que el hombre es justificado
por fe sin la obras de la ley``. Rom 3:28.
La otra pregunta
que compete sería ¿La fe sin obra está muerta?
Antes de entrar en
detalles es bueno mencionar el contexto del libro de Santiago, la carta fue
dirigido a los cristianos judíos del siglo I que residían fuera de palestina, esta
comunidad hacía grandes afirmaciones de su fe y confianza en Dios pero sus
actitudes discrepaban de sus palabras, a menudo contradecían el evangelio,
estaban ajenos a las necesidades del otro y no tenía obras, es ahí donde
Santiago bajo la guianza del Espíritu Santo encara este conflicto y en un
discurso teológico muestra la relación que debe de existir entre la Fe y
la conducta.
De hecho el
versículo clave de Santiago es el capítulo 2.18 ``Pero alguno te dirá: Tú
tienes Fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré tu
fe mi fe por mis obras``.
Ahora respondiendo
nuestra inquietud ¿es la fe sin obras una fe muerta?
¡Si! Aunque no
podemos ganar nuestra salvación por medio de las obras, y la misma no
reemplazan nuestra fe, las obras son una evidencia de nuestra genuina
fe en Cristo Jesús. La verdadera fe siempre resulta de una vida
transformada y hacedora de buenas obras. Quien tiene fe tiene dentro
de sí al Espíritu Santo quien nos da una nueva naturaleza la cual cambia y
rige todo nuestro accionar.
En Efesios
2:8 nos dice ``somos salvos por gracia y no por obra``, note que
el versículo 10 claramente nos dice que fuimos creados para hacer buenas obras;
``Porque somos hechuras suyas, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, la cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas``.
Las obras no
nos salvan pero la intención de Dios es que producto de nuestra salvación
podamos dar frutos por medio de las obras. Por igual, las obras no nos justifican delante de
Dios, porque somos justificados por Él, pero, si nos justifican
delante de los hombres, ¿por qué como los hombres podrán saber de
nuestra fe si no es por lo que ven en nuestro diario vivir?
Hay una obra que
fue preparada por Dios, y fue dada a su hijo Jesucristo el cual la
ejecutó perfectamente y ahora el Espíritu Santo la continúa haciendo a través
de nosotros. Si no hay frutos y obras en nuestras vidas, no hay
evidencia del Espíritu Santo obrando en nosotros y mucho menos de la fe
que profesamos tener.
¡Cuidado! No se trata de un simple
activismo ministerial, se trata de hacer las obras que el Padre desea. Es
necesario morir a las nuestras o peor aun, que estemos accionado bajo
las motivaciones incorrectas, puede que caigamos como la iglesia de Efesos
(Apoc 2) muchas obras y arduo trabajo pero no necesariamente motivado por el
amor a Dios.
El mensaje de
Santiago no se quedó para los judíos del primer siglo, estas palabras aplican
para la iglesia presente, un llamado a la acción y despertar el deseo de ser
los pies y las manos de Dios, ir donde están los perdidos, los enfermos y los
quebrantados de corazón en el nombre de Cristo. Dios no está buscando
una iglesia viva en palabras y muerta en acciones, Él quiere una iglesia que
continúe la obra que ya fue iniciada. Una iglesia que por medio de las obras
de amor da frutos de una fe genuina.
Nuestra fe debe ir
acompañada de buenas obras.
Dios les bendiga.
Neftalí Rojas.
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