Como hallar un gran tesoro!



“Es tal la alegría que me causa Tu palabra que es como hallar un gran tesoro.” Salmos 119:162 RVC

 

Antes de arrancar con este verso quiero puntualidad en los tipos de gozo que hemos estudiado al momento: 1- Un mandato a alegrarte. Si, alégrate. 2- La actitud correcta antes de las promesas: Gozo = Fe. 3- Plenitud de gozo en medio de la aflicción. 4- El contentamiento es una evidencia de madurez espiritual. 

 

Hago este breve recuento para que veamos que hermosa es la Palabra de Dios, hay niveles y tipos de gozo que se describen pero hay un gozo en particular que se obtiene leyendo las escrituras y viene de la palabra hebrea “Sus o Sisque significa “Alegría, Gozará, ser brillante” otra definición “floración [flor]', 'ornamento' o 'resplandor'.” 

 

“Cuando yo recibía tus palabras, las devoraba; eran mi felicidad y la alegría de mi corazón porque tú me elegiste, SEÑOR Dios Todopoderoso.” Jeremías 15:16 PDT

 

Este gozo viene siendo como un adorno a nuestro carácter, algo que brilla y es notorio ante todos, pero también es un beneficio que recibimos al escoger enfocarnos en la Palabra de Dios, en lugar de enfocarnos en nuestros problemas, el salmista lo vio como un botín o despojo que son objetos de valor.

 

Él quería expresar la satisfacción que se encuentra al momento de obtener un botín, por una guerra ganada “una victoria”. Literalmente es una guerra que sucede cuando nos decidimos leer la escritura, cuando vencemos ese despojo viene siendo como un premio o recompensa, la Palabra de Dios debe causar esa misma satisfacción y gozo.

 

“Iré más allá al decir que a menos que tengamos una profunda admiración de la palabra, jamás tendremos una gran alegría por ella. Nuestro regocijo será medido por nuestra reverencia.” (Spurgeon)

 

Si cuando lees o meditas no encuentras este tipo de felicidad algo no está correcto en tu forma de contemplarla, algo debe cambiar. Detente! Ora, pide ayuda al Espíritu Santo y empieza de nuevo. Su palabra debemos leerla con expectación, con anhelo, sabiendo que vamos a descubrir muchos tesoros prometidos por el autor del mismo, nuestro Dios. 

 

Te daré los tesoros ocultos, y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que soy yo, el SEÑOR, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre. Isaías 45:3


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