Gran ganancia es el contentamiento



‘’Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento’’ 1 Ti. 6:6-10.

 

Un corazón contento y feliz es un inestimable tesoro. Las personas se extralimitan en la búsqueda de felicidad y contentamiento, pero no los pueden encontrar a menos que Dios se los conceda. De esto da fe Salomón, diciendo: ‘’Porque al hombre que le agrada Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo’’ (Ec. 2:26). El gozo es un don que Dios da al individuo que es bueno ante sus ojos. Salomón mismo posea sabiduría y conocimiento, pero no poseía gozo. Había perdido el gozo porque internamente su lealtad tenía doblez. Cuando escribió Eclesiastés, ya no era ‘’bueno antes los ojos de Jehová’’. Las vanidades de este mundo habían obstruido y contaminado sus fuentes de gozo.

 

Salomón comprendía claramente que el contentamiento es un regalo de Dios. Él ilustra esta verdad al comparar las vidas de dos hombres (Ec. 5:19 – 6:2). Primero menciona al individuo a quien Dios había dado riquezas y bienes, así como la facultad para comer de ellas [o la capacidad para participar de ellas y gozarlas]. Luego añade: ‘’Esto es don de Dios’’. Y continúa: ‘’Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello’’. Este hombre posee riquezas, bienes y honra, pero Dios no le permite participar de ellas ni disfrutarlas. Salomón se refería a sí mismo, y a muchos otros como él. (Ec. 2:4-11).

 

El gozo y el contentamiento no son como las riquezas de este mundo, no pueden comprarse o pedirse prestados. Son tesoros impalpables concedidos únicamente a los justos (Sal. 45:7). El contentamiento solo se obtiene al beber de la fuente correcta, la fuente de agua viva (Jer 2:13). En busca de satisfacción, Salomón había estado bebiendo inútilmente de todos los ríos imaginables, ríos mundanos y contaminados. En verdad, un corazón con doblez es un corazón falto de gozo.

 

El gozo es un maravilloso tesoro. El gozo de Jehová es nuestra fuerza (Neh. 8:10). Si la depresión nos debilita física y espiritualmente, el gozo puede fortalecernos. El gozo no solo purifica nuestros corazones de depresiones y heridas, sino que nos vigoriza. El gozo es la clave de una buena salud mental, emocional, espiritual y física. ‘’El corazón alegre constituye un buen remedio’’ (Prov. 17:22). El gozo nos conduce a la santidad y a la pureza. La plenitud de gozo se encuentra en la presencia de Jehová (Sal 16:11).

 

Por Paul G. Caram

Cristianismo verdadero: Sendas que nos llevan a la Gloria. (Serie Madurez Cristiana). Cuarta impresión, 2003. Ulysses, Pa, USA. Zion Christian Publications.

Comentarios

Tu nombre nuevo sera